Una dieta rica en frutas cuenta con infinidad de beneficios para nuestra salud. En un primer momento, se nos viene a la mente la importancia que adquiere este tipo de alimentos para el cuidado del físico, pero su consumo también influye sobre el bienestar emocional y todo lo que tiene que ver con la salud mental. Esto es algo que se desconocía hasta hace bien poco, pero distintos estudios avalan la relación entre la comida con el estado psicológico, poniendo especial atención en las frutas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que este grupo de alimentos, junto con las verduras, contribuyen a disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles. De ahí que la comunidad científica recomiende su consumo con regularidad, llegando a las cinco piezas diarias.
Desde hace años la ciencia trata de identificar los vínculos entre la dieta y el bienestar psicológico. Lo que se busca con ello es descifrar qué vitaminas y nutrientes toman parte en el cuidado de las interacciones neuronales y contribuyen al desarrollo de emociones positivas. Una alimentación rica en nutrientes favorece el buen estado del intestino, que es un órgano con capacidad para relacionarse con el cerebro por medio de los microbios que crean neurotransmisores con importante influencia en la regulación del estado de ánimo.
Los distintos estudios efectuados por universidades internacionales llegan siempre a la misma conclusión: las frutas son uno de los productos que más ayudan a mejorar el estado ánimo de las personas. Así lo avala, por ejemplo, una investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señalando como principal responsable los aminoácidos que aportan al organismo.
Siempre es preferible que haya una gran variedad de frutas
En todo este proceso para regular el bienestar y mejorar la salud mental, las vitaminas ocupan un lugar destacado. En el caso de las del complejo B, como la B6, B9 y B12, resultan imprescindibles para la fabricación de neurotransmisores, incluida la serotonina, que tiene una gran influencia sobre todo lo que tiene que ver con la felicidad y el estado de ánimo. Estos nutrientes están presentes en frutas como las naranjas y plátanos.
También se asocia con el bienestar emocional el aporte de vitamina C y zinc, muy presente en una amplia variedad de frutas y verduras. Los expertos en salud son muy claros en lo que se refiere a cantidades a consumir. Al menos deben tomarse cinco raciones al día de estos productos frescos, en donde lo preferible es que sean frutas variadas y de distintos colores, como manzanas, kiwis, zanahorias, naranjas, uvas y toda clase de vegetales, que contribuirán a enriquecer nutricionalmente la dieta, además de mejorar el estado de ánimo.
La importancia de la frecuencia
Una vez que sabemos de la trascendencia de las frutas para la salud mental, hay que reparar en otro detalle que no pasó inadvertido para los investigadores de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Aston, en Reino Unido. Hacen referencia a la frecuencia con la que se debe ingerir estos alimentos.
El consumo regular de fruta mejorar el estado psicológico, poniendo freno así a enfermedades y trastornos tan frecuentes en nuestro día a día como pueden ser la ansiedad o la depresión. Así lo recoge este estudio que apareció publicado en la revista British Journal of Nutrition. En dicho trabajo hay un dato que llama especialmente la atención, y es que por encima de la cantidad debe predominar la frecuencia. Por lo tanto, el beneficio será tomar frutas repartidas a lo largo del día, en lugar de darse un atracón de una sola vez.
Los investigadores desvelaron que cuanto más a menudo se ingería este tipo de alimentos, “más baja era la puntuación de la depresión y más alta la obtenida a favor de la salud mental”.
La fruta se impone al resto de alimentos
La fruta está considerada un estupendo remedio para mantener un equilibrio mental y emocional. En el lado contrario de la balanza hay que hacer mención a los alimentos considerados como insanos y que también forman parte de nuestra dieta. Entre ello se incluyen aquellos que son ricos en grasas, sales y azúcares, que en realidad tienen la capacidad de conseguir un efecto totalmente contrario a lo que buscamos.
Suelen tratarse de productos poco nutritivos y bastante calóricos, que provocan unos mayores niveles de ansiedad y estrés. En este estudio, en el que se analizó la influencia de las frutas, verduras, aperitivos y dulces en el bienestar psicológico de las personas, tomaron parte un total de 428 individuos.
Otra conclusión a la que se llegó es que aquellos que consumían alimentos pobres en nutrientes contaban con más posibilidades de sufrir lapsus mentales con cierta frecuencia, lo que también acaba afectando a la salud psicológica. Muchos de estos episodios, como confirma la responsable de la investigación, Nicola-Jayne Tuck, están relacionados con un mayor número de síntomas de estrés, depresión y ansiedad.
Está comprobado que el consumo en exceso de azúcares refinados alteran la glucosa en sangre, provocando además fluctuaciones en los niveles de colesterol, lo que afectará también al estado general de la salud. También hay confirmación de que la dieta rica en grasas saturadas, en donde tienen cabida los alimentos procesados y fritos, se asocia con un mayor riesgo de depresión, que puede verse agudizado con la cafeína y el alcohol. Todo esto tendrá repercusión en la calidad del sueño, elevando los niveles de ansiedad y empeorando la calidad de vida.
No hay que pasar por alto tampoco los productos ultraprocesados, que contienen conservantes y aditivos que influyen de forma negativa en el equilibrio químico del cerebro, además de deteriorar las conexiones neuronales.
Dieta equilibrada y rica en frutas y vegetales
En una dieta equilibrada y saludable no pueden faltar las frutas y verduras. Este tipo de alimentación permitirá que nos encontremos mejor físicamente, y esto también repercutirá sobre nuestro bienestar general. Mejorará nuestra autoestima y no se nos resistirá nada que nos podamos plantear. Hay que decir que una sola pieza de fruta por sí misma no tiene la capacidad de alterar el estado de ánimo de forma inmediata.
Resulta necesario que se acompañe de una alimentación completa y sana. Pero también en nuestra salud mental entran en escena otros factores que adquieren gran relevancia, como son el entorno, las experiencias personales y la genética. En cualquier caso, tenemos la posibilidad de poner algo de nuestra parte en este bienestar emocional gracias a los nutrientes y vitaminas de las frutas.
Al final se trata de algo que se debe mantener con el tiempo, ya que lo que nos interesa es disfrutar de una buena salud de forma permanente y que nuestro estado psicológico no se vea afectado. La fruta no puede faltar en nuestra dieta, y además debe adquirir un gran protagonismo en el día a día.
Siempre será mejor repartir la ingesta de este tipo de alimentos a lo largo del día, aprovechando así también su efecto saciante, en lugar de darse atracones. Y a poder ser, para sacarle un mayor partido a los nutrientes, trataremos de que sea lo más variada posible, con protagonismo para todo tipo de frutas.