Os pongo en situación.
Corría el año 1959.
A los oídos de Manuela llega la información de que están empezando a construir en una zona de playa llamada La Antilla, en Huelva.
Manuela vive en Badajoz con su marido y sus 9 hijos. Y por su cuenta y riesgo, y sin que su marido lo supiera, decide comprar un chalet en La Antilla, con la herencia de su padre. Repito, año 1959, con lo que conllevaba esa época, para las mujeres.
Al regresar su marido de un viaje de negocio, le dice: “Fernando he comprado una casa en la playa para disfrutarla en familia”. Así, sin anestesia.
Por aquel entonces no había nada construido en la zona. Y para acceder a la casa tenían que realizar una parte del trayecto en burro, los 9 hijos de Manuela, su marido, ella misma y una sandía, producto que los acompañaba en sus viajes.
Manuela es mi abuela y la de 19 primos más. Y gracias a ella y a su valiente decisión, cada verano disfrutamos en familia de su chalet.
Acabamos de regresar de una primada femenina; dícese de una escapada de fin de semana, a la que acudimos todas las nietas, una vez al año, y que se celebra evidentemente en el chalet de La Antilla (Huelva).
Y el primer brindis va por ella, porque a pesar de seguir entre nosotros, la echamos mucho de menos. Y es que la abuela tiene Alzheimer desde hace más de 15 años. Con lo que ella era…
Y en ese brindis le agradecemos aquella idea que tuvo hace 60 años, porque con esa inversión, sin saberlo, hizo familia para cuatro generaciones.
Brava Manuela.
Ojalá verla aparecer con su collar de perla y los labios pintados de rojo una vez más.
Ojalá volver a aquellos veranos de almuerzos en tres turnos, en los que de postre siempre había o sandía o melón. Son momentos y sabores que tendré siempre en la retina.
La pasión por la fruta fue algo que nos inculcó desde pequeñas, y en su honor nos hicimos la siguiente foto. En La Antilla, en familia, y saludablemente.
Y a ti ¿qué hábitos saludables te inculcó tu abuela?